Después de un fantástico sábado en el Coriscao, volvemos a Burgos a las 8 de la tarde, una ducha rápida, meto el saco de dormir al coche y otras 2 horas de coche acompañado por el MP3 hasta llegar a la Sierra Cebollera.
Para descargar el track, desde la Web de Wikiloc
Es la primera vez que visito la zona, he visto unas fotos en un blog, tomadas sólo 2 semanas antes y se ve un paquetón de nieve impresionante. Mi destino es el refugio de Achichuelo, a pocos kilómetros de Villoslada de Cameros.
La carretera desde Logroño hasta Villoslada es sinuosa, perfecta para un viaje nocturno y solitario tras un largo día de actividad, las curvas me impiden dormirme, y tras los cristales del coche, aun en la oscuridad, se intuyen verticales paredes a ambos lados de la carretera.
Sólo se dibujan altas siluetas, pero en más de un momento me parece haber viajado hasta Riglos.
Al poco de entrar en Villoslada de Cameros, tomo una estrecha carretera a mano izquierda que indica a la Ermita de Lomos de Orio y en pocos kilómetros me lleva hasta el refugio de Achichuelo.
Allí me está esperando Julián, el maño que me acompañará en esta ocasión. Encendemos un fuego en una de los 2 estancias del refugio, pues la otra, más recogida y acogedora está ocupada por una pareja y sus 2 hijos. Nos dan las 2 de la mañana charlando y tomando cervezas, nos acostamos y dormimos hasta las 10 de la mañana del domingo, momento en el que alguien entra en el refugio con energicos "¡Hola!??" y nos pide un descorchador para abrir una botella de vino.
Julián con la tabla de snow a la espalda |
Son las 12:30 de la mañana cuando hemos terminado de desayunar huevos fritos con morcilla y patatas asadas, ¿esto se puede considerar desayuno inglés?, y hemos preparado todo para la ruta del día.
Como tenemos 2 coches, subimos con uno hasta la Ermita de la Virgen de Lomos de Orio, y nos preparamos para empezar a andar, muy madrugadores nosotros.
Parking de la Ermita |
Julián va con raquetas y la tabla de snow a la espalda, y yo con los esquís de travesía.
La pista tiene fácilmente 30 cm de nieve, así que está perfecto para foquear, queremos hacer varios kilómetros por la pista, hasta la altura de las cascadas de puente Ra, tirarnos por un cortafuegos hasta el río, subir por otro cortafuegos y bajar por su otra cara, que llega hasta escasos metros del refugio.
Por desgracia, aunque la pista tiene bastante nieve, no es así en los cortafuegos, se ha ido mucha nieve en los últimos días y las piedras se ven en los cortafuegos del otro lado del valle.
Tiramos por la pista y nos encontramos a varias personas con esquís de fondo, pues es un recorrido fantástico para esa modalidad, poca inclinación y mucha distancia.
Recorremos 5 km de pista, muy llevadera, pues en esa distancia sólo hemos ascendido 208 metros. En ese punto cruzamos con el tercer cortafuegos, y hasta el momento el que más nieve tiene, así que decidimos descender por él hasta el río. Luego ya veremos si volvemos a subir por otro cortafuegos o no merece la pena.
La nieve está realmente difícil de esquiar y además hay trozos en muy malas condiciones, donde por momentos hay que quitarse los esquís o la tabla.
Julián termina bajando a trozos con el snow como si fuera un trineo, y yo lucho para no comerme muchas piedras.
Justo antes de llegar al cauce del río, pillamos un caminito que desciende entre el bosque y gozamos haciendo un par de curvas.
Una vez en el río, decidimos que no merece la pena subir a los otros cortafuegos porque no hay nieve suficiente, y tomamos el camino paralelo al río que desciende hasta el refugio.
Hay que remar de vez en cuando con los bastones, pero se hace mas o menos bien y conseguimos llegar esquiando a poco más de un kilómetro del refugio de Achichuelo.
La ruta no ha sido ni alpina, ni dura, ni con grandes desniveles ni nada por el estilo, pero ha sido muy bonita, hemos conocido un poquito de Sierra Cebollera y me ha sorprendido gratamente. El entorno, salvando las distancias me recuerda a la zona de Fresneda de la Sierra de Rio Tirón, donde hice algunas de mis primeras noches invernales en un refugio de montaña.
Subimos con el otro coche hasta la Ermita, comemos algo y cada mochuelo a su olivo, y de paso llevamos a Logroño a una pareja que han perdido las llaves del coche caminando por la zona.
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