14 y 15 Febrero 2010
Subimos los coches hasta donde podemos por la nieve y seguimos andando esperando encontrar bien de hielo para picar.
Mientras subimos, un grupo de gente nos dan envidia con las motos de nieve, imaginando lo cómodo que sería subir las mochilas con esos aparatos infernales. Para cuando llegamos al refugio, la niebla no deja ver las paredes. Dejamos las mochilas y nos dedicamos a coger algo de leña para cuando se haga de noche, tarea que resulta complicada con la gran cantidad de nieve que hay.
El tiempo comienza a mejorar y desaparece la niebla, lo que me permite ver que hay muchísimo más hielo que la semana pasada y la anterior.
Se ha formado una enorme columna de 60 metros, completamente vertical, en la parte derecha de las paredes. Varias personas nos confirmarán más tarde que esa formación hacía unos cuantos años que no se podía ver así, con hielo hasta el suelo y aparentemente lista para ser escalada.
Para un primer contacto nos dirigimos a los resaltes tumbados que ya probé la semana pasada, y ahí terminaremos el día.
Volvemos al refugio que se encuentra casi tapado por la nieve, en uno de los laterales, la nieve llega hasta la mitad de las ventanas. Prendemos un buen fuego y cenamos, para ir pronto a dormir.
A las 9 de la noche, despues de varias horas con el fuego encendido, teníamos -2ºC dentro del refugio, asi que no quiero pensar la temperatura que hizo cuando se apagó el fuego a eso de las 11 de la noche. Yo con mis 2 sacos de dormir y ropa térmica, no pasé calor ni mucho menos.
El segundo día algunos se dedicaron a subir al Urbión, y otros continuamos escalando. Ibamos a hacer una gran cascada de 60 metros que se puede hacer en top rop, pero primero decidimos calentar en el resalte junto a la cascada. Después de escalarlo, teníamos que acceder hasta la parte superior de la gran cascada para montar la reunión en algún arbol. Para llegar hasta allí subimos improvisadamente por lo que sesultó ser un pequeño corredor en el que disfrutamos un montón.
Al llegar arriba, resultó ser un poco tarde para escalar la gran cascada, así que bajamos hasta la laguna de nuevo, encontrando un montón de gente que subía por el camino de acceso, algunos de ellos bastante mal preparados sin crampones ni piolets..
Una vez en la laguna vimos que la gran cascada se había roto completamente desde la mitad hasta el suelo, suponemos que a mitad de mañana, después de recibir el sol unas cuantas horas, momento en que escuchamos un gran estruendo que creímos sería era un alud pero en ese momento no atinamos a saber de dónde venia. Menos mal que no nos metimos en la cascada, no me hubiera gustado recibir el impacto de 30 metros de hielo en la cabeza.
Después de esto, recogimos el chiringuito y de nuevo a los coches después de un buen fin de semana.
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