Para entender lo que supone ver la Dibona por primera vez, hay que conocer las palabras del gran Gaston Rébuffat: "Esta aguja es un monumento de piedra para la humanidad por la tierra y el tiempo, una extraordinaria escultura en el cielo, la luz y el silencio de Oisans.
Los mismos logros de los escaladores en otra montaña no serían tan bellos. Esta aguja fue la pregunta, escalarla, la respuesta."
Lo de la Dibona fue un flechazo, jeje. Buscando algo de información sobre qué es lo que se puede escalar por Les Ecrins (que es casi todo), vi una foto en el blog de "Apretar, lo justo" y dije, "ya está", tenemos que subir ahí, como sea. La vía que más me convencia era la que los chicos del blog habían subido: Visite Obligatoire, 12 largos, completamente equipada y casi todos los largos en torno al 6a ¿Alquien da mas?
Así que lo tomamos como objetivo principal de los días escaladores en nuestras vacaciones veraniegas. El tiempo no estaba muy fino por esos días en La Berarde, con vientos superiores a 100 km hora, con lo que escalar por encima de los 2500 metros no era buena idea.
Por suerte, justo en el día que teníamos idea de escalar la Aguja Dibona, en las previsiones, el tiempo parecía mejorar, somos tíos con suerte.
El día elegido era el Viernes 24 de Julio, pero el día antes ya subimos al refugio de Soreiller. En el camping de la Berardé dejamos la tienda de campaña y todo el material de barrancos, con bastante miedo de que volara durante nuestra ausencia por culpa del viento, puesto que ya tuvimos que hacer varias reparaciones de emergencia a las varillas de la tienda con las terribles ráfagas que había.
Al mediodía, sobre las 11 dejamos el coche en les Etages, y cargados con los mochilones tomamos el camino hacia el refugio de Soreiller, situado a 2719m.
Hasta llegar a Soreiller tenemos 1200m de desnivel que se salvan en algo menos de tres horas, por un camino no muy largo, pero si bastante pindio como se puede imaginar para hacer ese desnivel en tan poco tiempo.
El camino de aproximación es precioso, adentrandote en un barranco, cuando estás dentro y cruzas el río, tomas una curva, y de repente, aparece ante ti la Dibona, a lo lejos, se la ve imponente y desafiante, y nos hace preguntarnos si seremos capaces de alcanzar su cima.
Con al visión de la aguja el camino se hace mucho más llevadero, nos hacemos fotos y descansamos un poco. No puedo dejar de hacer fotos a la maldita aguja, tiene un imán, y cada vez que se mueve una nube, parece que está más impresionante porque la luz la da en un sitio o en otro...
A las 14:14 llegamos al refugio, justo en la base de la aguja, con unas vistas fantásticas.
Nos instalamos, comemos un poco, y como tenemos tiempo, decidimos hacer una prueba de campo, jeje. Abro los 2 primeros largos de la vía que haremos mañana, para conocer la roca, el equipamiento, y darnos un poco de vida.
Todo va bien, subo los largos sin mucho problema, aunque me cuesta decidirme con algún paso, no estamos acostumbrados al granito ni a la adherencia, pero la cosa pinta bien, sobre todo los largos que quedan por arriba... Al bajar se nos pone a llover.Veremos que pasa al día siguiente.
De vuelta al refugio, ojeamos los croquis que hay por ahí y decidimos dar envidia con nuestra cena a todos aquellos que estaban en el refu. 3 paquetes de salchichas frias, pan duro, medio coco y un sobre de mayonesa caducada fue el sustento nocturno antes de irnos a sobre.
A la mañana siguiente amaneció un fantástico día.
Habiamos hablado con una pareja de francesas que escalaría la misma vía que nosotros, y decidimos ir detras de ellas porque al ser 2 quizás escalarian mas rápido que nosotros que eramos 3.
El plan funcionaba, las francesas estaban el la vía, nosotros nos dirigiamos también alli, cuando.... otras 3 cordadas estaban ya esperando detras de las francesas!!!
Con este percal (y la lentitud en los 2 primeros largos de las francesitas) tuvimos que esperar mas de hora y media para que Ratilla empezara con el primer largo.
La rata encabezará todos los largos puesto que es el más fuerte y rápido de los tres... Dejamos un largo de ventaja a la última cordada y nos ponemos a ello, por fin!!!
Los 2 primeros largos los conocíamos, son de adherencia, placa tumbada, pero chulos.
Después de ahí, en el tercer largo, que es muy cortito, se asciende por unos plieges un poco desplomados.
Los siguientes largos te llevan hasta la base de la punta, que se encuentra un poco a la derecha, donde llegamos al octavo largo, el mejor de todos, una placa algo desplomada de la que salen unos plieges de roca, todo cazos, increibles, adherentes y que da gusto cogerlos. ¡¡¡Que pasada!!! Joder con el granito, y yo que pensaba que todo era como la Pedriza!!
Seguimos ascendiendo por terreno algo tumbado pero cada vez más estrecho, terminando en una arista con afiladas losas, un gran patio a cada lado y una panorámica preciosa del lugar.
Ratilla monta reunión en la cima con unos fisureros y rodeando uno de los pedruscos y nos juntamos arriba. Nos ha encantado la escalada y el día nos ha acompañado, aunque con el viento hace algo de frío. Estamos en la cima, a 3.131 metros, muy contentos, pero todavía toca descender.
Para bajar, hay que hacer 2 rápeles que vienen de la otra cara, por la vía normal, y hacer una travesía un poco expuesta sin asegurar para luego bajar andando hasta el refugio.
Como no tenía zapatillas, puesto que las pedí haciendo barrancos (hay que ser tonto), subí las chanclas, y ya puedo decir que he descendido un tresmil en chancletas :-D Por los Alpes en chancletas y a lo loco, jeje.
Bajamos al refu, descansamos un ratito, pagamos y al coche poquito a poco :-D
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