martes, 13 de julio de 2010

Barranco de Fago - Foz de Fago

10 Julio de 2010



El calor aprieta este veranito y apetece aún más hacer unos barranquitos, además las lluvias de los últimos meses han hecho que los caudales estén altos para estas fechas, pudiendo disfrutar de algunos descensos que a estas alturas estarían casi secos o a punto de secarse.


Decidimos ir a hacer el barranco del Fago, que ya realizamos el año pasado pero nos gustó bastante, porque es un barranco con unos bonitos rincones y muy cómodo en cuanto a aproximación y retorno.

Amigos de unos y de otros nos juntamos y formamos un grupo de lo más peculiar: 2 riojanos, 2 burgaleses, 2 mañicas, un asturiano y una checa, casi ná!!!



Dormimos el Viernes 9 cerca del pueblo de Fago y el Sábado por la mañana nos dirigimos al barranco. A las 10 de la mañana ya hay 20 personas listas para entrar y quizás alguna mas dentro del barranco.
Nosotros entramos a las 11 de la mañana, dejando un buen espacio entre un numeroso grupo de una agencia y tras nosotros vemos que entrarán al menos otros 2 grupos más por libre.

Aunque no trae tanta agua como cuando lo hicimos el año anterior tampoco va escaso, así que está en muy buenas condiciones para hacerlo.

¡¡¡Comenzamos!!!

Hacemos los primeros saltos en las pozas del inicio y agradecemos estar en el agua por el sofocante calor de este día.

Lobo saltando en los estrechos

Es en el primer rápel dónde el descenso comienza a adquirir la belleza que le caracteriza. Con un giro a la derecha, el Majones nos hace descender una brecha rocosa que nos flanqueará en gran parte del recorrido.

 Petra en el primero de los rápeles

Una vez nos encontramos cercados por las paredes contemplaremos las formas que el agua ha tallado con el paso de los años, mientras el agua serpenteaba creando diferentes siluetas, puentes de roca  y formaciones para el disfrute del barranquista.

Vista del primer rápel

Pocos metros más adelante nos topamos con uno de los puntos más bonitos del descenso. De nuevo el río da un quiebro a la derecha excavando una pequeña cueva iluminada por los rayos de sol que entran a través de un puente de roca que hay en la parte superior. De nuevo con un rápel salvamos esta dificultad, que se puede saltar aunque el punto para hacerlo es bastante resbaladizo.

Carmina en la cascada a la cueva


Lobo tras bajar la segunda cascada

Continuamos sin remedio río abajo, pues el barranquismo es un deporte inventado para torpes en el arte de la orientación. Hay un punto en el que una de las paredes cede y nos ofrece un escape que, por supuesto, no tomaremos en esta ocasión.

Avanzamos realizando pequeños saltos allá donde podemos, relajados al no ver grupos delante ni detrás nuestro.

Formaciones en el Fago

De nuevo llegamos a un resalte en el que usaremos la cuerda. Es un resalte de 13 metros, que el año anterior saltamos, pero en esta ocasión no encontramos el coraje para lanzarnos al agua desde tal altura. Posiblemente influya que aquella vez veníamos de saltar y saltar en el Gorgas Negras y en el Mascún, y eso es mucho entrenamiento.

David rapelando

De cualquier manera, bajar por la cuerda también resulta muy divertido, y uno tras otro vamos deslizándonos hasta salvar esos 13 metros.

 Carmina en el R13

Pasado ese punto, seguimos avanzando entre las caprichosas formas de nuestro particular desfiladero, andando y saltando hasta toparnos con una pared que nos impide continuar nuestro camino. Dos opciones tenemos para poder avanzar, la primera es un sifón de 5 metros, y la segunda trepar por la cadena instalada en la pared.

 Paso junto al sifón

Sin una sola duda, pasamos del sifón y ascendemos por la cadena, una vez arriba, algunos saltamos a una poza oscura y otros rapelan desde un par de metros más adelante.

Rápel para evitar el sifón

De nuevo toca avanzar por la estrecha garganta, saltando de vez en cuando en pequeños bloques o repisas, siempre disfrutando del entorno en el que nos encontramos.

Avanzando por el Majones

Llegamos a la última dificultad del descenso, un bonito rápel que nos deja en una gran poza de color azul intenso y da fin a la parte más estética del Fago.

El asturiano en el rápel final

Nos hacemos las fotos de rigor, y unos saltitos desde una repisa a la izquierda de la poza.

De derecha a izquierda: Tere, Carmina, David, Lobo, Romo, Buru, yo y Petra

A partir de aquí solo es destacable un salto que se puede hacer desde un enorme bloque, que da por concluido el descenso, pues poco más adelante encontramos la salida a mano derecha del barranco, que en un par de minutos de subida nos deja en la carretera en el mismo punto donde hemos dejado uno de los coches.

Saltando desde el bloque

Aunque teníamos pensado hacer la boca del Infierno ese mismo día, al ser un grupo de 8 personas somos mas lentos de lo normal y no nos da tiempo, asi que otra vez será...

 Y después de barranquear, a dominguear

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