Fin de semana del 24 y 25 de abril.
En la Gran Diagonal
Queremos ir a la montaña el fin de semana pero no sabemos a dónde. Romo y yo decidimos ir a hacer la Gran Diagonal de Peña Telera, seguro que tiene una buena cantidad de nieve y ya no hay apenas peligro de avalanchas en el Pirineo.
El viernes es fiesta en Burgos, pero Romo tiene que trabajar así que salgo a las 6 de la tarde de Burgos y llego a Santo Domingo a las 7. También se une a la expedición el Buru, así que metemos todo en su furgo y a las 8 estamos en camino hacia Piedrafita de Jaca. Son las 11 de la noche cuando llegamos y empezamos a cenar.
Cenando
Preparamos las mochilas antes de irnos a dormir, y nos acostamos a eso de las 12.
El despertador suena a las 3:30 de la mañana, solo hemos dormido 3 horas y media pero hay que ponerse en marcha si queremos pillar buenas condiciones de nieve. La temperatura a esas horas en el parking de Piedrafita es de 5ºC, así que cruzamos los dedos para que esté helando a alturas superiores.
4 de la mañana
A las 4:20 de la madrugada estamos con las mochilas a cuestas. La aproximación se hace llevadera a esas horas, como estás medio dormido no te enteras, jeje.
A las 6 de la mañana llegamos a la parte baja del corredor, donde nos colocamos los arneses, crampones y preparamos la cuerda para más adelante.
Buru preparandose
Mientras preparamos todo dejamos de necesitar los frontales y empieza a amanecer. En muy poco tiempo disfrutamos de un día despejado y de las montañas a nuestra espalda.
Romo comenzando a subir por el cono
La nieve está bastante mal, avanzanzo sobre una gran avalancha en la que la parte superior está algo dura pero te hundes muchas veces a pesar de ser todavía muy pronto.
Cerca de la zona de estrechamiento
A medida que vamos entrando en el tubo la nieve se pone un poco mejor, pero sin ser gran cosa. Pronto, cuando la inclinación empieza a ser un poco mayor, vemos como hay una brecha que recorre el corredor desde arriba hsta abajo. En la parte baja es una marca pequeñita, pero a medida que subimos se hace más profunda convirtiendose en un enorme tobogán. Parece que se ha formado por el discurrir del agua desde el resalte.
Debemos avanzar por el tobogán porque está mucho más duro que la nieve de alrededor. Llega un momento en que es más alto que nosotros y la sensación de subir por ahí se hace un poco agobiante. Pequeñas piedras caen de vez en cuando por el tubo pasando muy cerca nuestro con un silvido nada agradable. En caso de que lo que cayera fuera una piedra de un tamaño considerable, no cabe duda que bajaría por el tobogán y nosotros estaríamos atrapados sin posibilidad de escape. Pero es la única manera de avanzar de una manera un poco rápida.
A mitad de ascenso entre el comiendo del cono, y el primer resalte, en un punto en que podemos ponernos de pie cómodamente, sacamos las cuerdas y nos encordamos en ensamble. En cabeza va Romo que ya ha subido por aquí en otra ocasión. En el centro voy yo, y el último en la cordada es el Buru.
Preparando las cuerdas para el ensamble
La progresión es lenta poque debemos sincronizarnos a la hora de subir, cada uno está a unos 12 metros de anterior y tendríamos que responder rápidamente ante una caída de alguno de los miembros.
Esto parece el tobogan de un aquapark
A los pocos metros de encordarnos, Romo tiene un resbalón y aunque se para en menos de un metro, se nos pone el corazón a 100, yo en un momento ya me había preparado para aguantar su caida clavando mis piolets con fuerza sobre la nieve dura.
Subiendo en ensamble
Son las 9 de la mañana cuando llegamos al primer resalte. La verdad es que no hemos subido muy rápidamente y nos está costando avanzar, pero estamos contentos con el estado de la nieve.
Buru llegando al resalte
Pero una sorpresa nos espera en el resalte... esperábamos encontrar hielo aunque no estuviera en muy buenas condiciones, pero es un enorme trozo de granizado. El piolet entra en el "hielo" húmedo sin oponer ninguna resistencia, y por supuesto no ofrece ninguna seguridad para subir. Creemos que podríamos ser capaces de subir el resalte por el lado izquierdo, pues sólo son 3 metros, pero esta es la primera de las dificultades.
El aspecto del resalte de granizado de limón
En la anterior ocasión cuando Romo subió no necesitaron asegurar en ningún punto, y recordaba este resalte como algo más que una pala más inclinada, pero hoy es algo dificil de superar, y es el más facil y pequeño de los problemas. El siguiente resalte es de 6 metros puede resultar un gran problema a superar y no estamos convencidos de hacerlo. A esto le tenemos que sumar que si ahora la nieve no es gran cosa siendo las 9 de la mañana, mejor no pensar como estará la rampa de salida a la que le da el sol desde bien pronto, y las condiciones para bajar por las otras rutas. Por eso no nos cuesta mucho llegar a la conclusión que es mejor bajar y dejarlo para otra ocasión con menores temperaturas nocturnas que nos preparen mejor el terreno.
Romo y yo llegando al final de nuestra ascensión
Es una pena después del madrugón que nos hemos pegado, pero bueno...
Esperamos durante un rato a un grupo de otras 3 personas que vienen detrás nuestro. Son unos valencianos que al ver las condiciones del corredor se lo piensan y un poco y al final deciden intentar superarlo. Necesitan algo más de media hora para conseguirlo, pero ascienden los 3 metros del resalte para continuar con el corredor. Una hora más tarde nos parece verles intentando rapelar el primer resalte, pero luego ya no volvemos a saber nada de ellos....
Los valencianos en el resalte
Pero a nosotros todavía nos queda descender todo lo que hemos subido, que no parece una tarea muy sencilla. Empezamos el descenso en ensamble, hasta que encontramos una roca en la que hacer un rápel. Unimos las 2 cuerdas de 60 metros y bajamos Romo y yo. La cuerda no corre al intentar recuperarla desde abajo, porque el rozamiento con la roca es enorme, así que Buru baja destrepando los 60 metros.
Romo rapelando de una roca
Mientras Buru destrepa, Romo prepara una seta de nieve para hacer otro rápel. La seta no es muy grande, pero parece que es segura. Con un ancla y un par de estacas, reaseguramos la seta y me dispongo a probarla descendiendo otros 60 metros. Parece que la cosa funciona y también Buru rapela, pero como en la ocasión anterior, la cuerda no corre por la seta. Ahora le toca a Romo quedarse para quitar el ancla, las estacas y sacar la cuerda de la seta para destrepar acto seguido.
Con nuestra seta de nieve, preparandome para rapelar
Con Romo bajando los 60 metros que acabamos de rapelar yo hago otra seta de nieve y hacemos la misma operación, salvo que el turno de destrepar es mio, así que de reunión setera rapelan Romo y Buru y yo desmonto todo el tinglado para bajar de cara a la montaña.
180 metros más abajo de la primera reunión decidimos que hemos pasado el peor tramo y podemos seguir bajando a pelo sin usar las cuerdas, así que recogemos el material y poco a poco vamos bajando hasta llegar al comienzo del cono.
Romo y yo en la parte más baja
Una gran piedra al sol será nuestro espacio para comer y descansar tras la retirada, pero contentos de las prácticas de técnicas de fortuna realizadas.
Objetivo superado, seguimos vivos :-D
Después del merecido descanso volvemos al parking pasando por el refugio.
Foto en el refugio
Una vez en la furgoneta nos cambiamos y vamos al pueblo a tomar unas cervezas hasta hacer tiempo para cenar. A las 9 de la noche ya estamos en el saco y dormimos plácidamente hasta las 9 de la mañana de día siguiente.
Buru bajando al pueblo
El domingo pasaremos el día con Pili y Luis, unos amigos de Zaragoza a los que hacía mucho tiempo que no veíamos. El tiempo nos acompañó y pasamos las horas comiendo y bebiendo como buenos deportitas que somos :-D
Este no fue el fin de semana en el que subimos a la Peña Telera, pero otra vez será.
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