martes, 8 de febrero de 2011

Noruega: turismo, escalada y montaña. Parte IV

Después de dar por concluida la actividad montañera tras la cima del Galdhopiggen, nos restan un par de días de domingueo y de escalada.

Geiranger y su fiordo, Geirangjford

Día 11: 27 Julio 2010

Amanecemos en Geiranger, localidad a la que llegamos la noche anterior, durmiendo en una zona verde entre la carretera y el fiordo.




Este es uno de los lugares estrella de Noruega y se encuentra en la lista de la UNESCO.



En mi búsqueda de información sobre el país, encontré numerosas referencias de este lugar, calificándolo de maravilloso y como uno de los mejores sitios del país. Quizás fue porque las expectativas eran muy altas, pero el lugar no nos resultó tan bonito ni demasiado acogedor.

Se trata de un pequeño pueblo, preparado para el turismo 100% que se aleja de la realidad del país que habíamos encontrado durante nuestro viaje. El pueblo en sí, sólo puede ofrecernos casas, hoteles y campings, ningún tipo de forma de vida ajena al turista.

A pesar de todo, hay que reconocer que el fiordo resulta impresionante, más aún cuando ves un gran crucero amarrado a un par de cientos de metros del pueblo, a 100 km de mar abierto.



La atracción principal de Geiranger y su Geirangfjord son unas enormes cascadas que terminan en el fiordo, recibiendo el nombre de las 7 hermanas y su pretendiente, puesto que hay 7 cascadas juntitas en una pared y otra en la pared de enfrente.


Esta atracción no se ve desde el pueblo, y existen un par de maneras de verla. La forma típica y utilizada por el 99% de la gente es un ferry que por unos 30 € te dará una vuelta por el fiordo. La otra opción, mucho más barata es seguir una de las diversas rutas a pie que recorren los alrededores de Geiranger.
Nosotros hicimos una ruta que te lleva hasta un mirador de las 7 hermanas, y hasta un lugar llamado Skagefla, para pasar la mañana. Desgraciadamente las cascadas no tenian mucha agua en ese momento.





Al mediodía tomamos la carretera que sale de Geiranger por el punto opuesto de nuestra entrada, pasando por un fantástico mirador con unas vistas maravillosas del pueblo y el fiordo. En el mirador aprovechamos para comer antes de seguir nuestro camino a la carretera de los trolls.



Carretera de los trolls: el Trollstigen 




Desde nuestro anterior destino, Geiranger, hasta la carretera de los Trolls tenemos una ruta de 70 Km que recorremos en hora y media, con ferry incluido.

La carretera de los trolls es otro de los puntos obligados al turista que visita este país vikingo.  El sitio es bonito, hay que reconocerlo, pero no es para tanto, aunque estos noruegos se han montado un espectacular mirador sobre la carretera.





Tras un rato en la famosa carretera de los Trolls y tras ver que no hay muchas más cosas que hacer por ahí, descendemos curva tras curva hasta el fondo del valle hasta el siguiente punto en la ruta, el trollsvegen.



La pared de los Trolls: el Trollvegen

Nuestra próxima parada reside en un punto no tan conocido como la carretera de los Trolls, pero que también resulta interesante, sobre todo estando a escasos kilómetros el uno del otro. La pared de los Trolls es nada más y nada menos que la pared vertical más alta de Europa.

Junto a la pared hay un camping, aunque nosotros optamos por buscar otro sitio para dormir, y como es habitual encontramos un bonito rincón en el que pasar la noche. Habíamos comprado unas salchichas muy típicas para cocinar al fuego, y el sitio que habíamos encontrado era perfecto para un buen picnic. Plantamos las tiendas junto al río que recorre la falda de la enorme pared  y montamos un buen fuego en la arena fina de la orilla del río.






Día 12: 28 Julio 2010

No fue hasta la mañana del 28 cuando pudimos contemplar de forma completa la pared del Troll, pues la niebla había estado ocultándola durante el día anterior. Desde luego, aunque se ve grande, no parece que realmente sean 1200 metros verticales los que tiene la muralla.



Desayunamos a los pies de esa gran mole de roca y después de recoger el campamento fuimos hasta un parking-mirador que hay en la carretera. Allí pudimos ver unos croquis de las diferentes rutas de escalada que hay en el Trollvegen.




Una vez vista la mítica pared, la siguiente parada por fin es un destino para escalar: Eresjord.

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