martes, 22 de febrero de 2011

Esqui de travesia / Raquetada en Salamón



19 de Febrero de 2011, la semana anterior ha caído un buen paquetón de nieve en la zona del norte de León y nos hemos juntado un buen grupo en el albergue de Sabero con intención de hacer unas raquetadas por la zona, todo ello orquestado por Toño, un tremendo palentino.




La noche del viernes ha estado lloviendo sin descanso, y las previsiones no son muy buenas para el fin de semana, por lo que ver el sol al levantarnos el sabado por la mañana nos da una buena alegría.


Esa misma mañana se decide ir al pueblo de Salamón, para hacer una rutilla hasta la collada de Anciles y luego según como esté el día, ver lo que hacemos.


Somos mas de 20 personas, 4 con esquis de travesía y el resto con raquetas. Es mi primer día de foqueo con mis esquis de travesía, a mis espaldas una larga experiencia de esquiador que se resume en 2 días en Valdezcaray y capacidad para bajar a duras penas las pistas azules. Pero no pasa nada, a esquiar se aprende esquiando, ¿no?



Dejamos los coches en el pueblo de Salamón, que tiene una buena cantidad de nieve en sus calles.

Salimos del pueblo por la derecha y cruzamos un riachuelo, para llaneando, dirigirnos al noreste donde el collado es evidente.



Lentamente nos internamos en el valle y dejamos atrás Salamón, con el sol iluminando el pico Llerenes.





En una horita hemos llegado tranquilamente a la una cabaña cercana al collado protegida por el Pico de las Fuentes y las Peñas Pintas.



Reponemos fuerzas al sol, nos reagrupamos y continuamos para tomar el collado.



A medida que ascendemos, las Peñas Pintas se van alzando a nuestra izquierda mostrandose mas espectaculares a cada paso.







En media hora llegamos a la collada Anciles que nos premia con fantásticas vistas sobre Riaño y Fuentes Carrionas.

Espigüete

Hasta ese momento mi experiencia con los esquis ha sido mas que satisfactoria, pues en mi primer foqueo no he tenido mayores problemas, pero ahora me topo con la parte entretenida del asunto, el descenso.

Ahí estoy, con mas miedo que alma. Foto: Jose Maria Palomo De La Fuente


Casco, guantes y valor me hacen falta para lanzarme al descenso de la pala con un resultado más que previsible, estoy mas tiempo en el suelo que sobre las tablas. Sarna con gusto no pica.

Micky durante la bajada

Un montón de leñazos después, y tras la exhibición del resto de esquiadores, llegamos al pequeño refugio que se encuentra  en la otra vertiente del collado.


De nuevo un pequeño almuerzo al sol antes de continuar la ruta.

Se decide retornar al collado, aunque en esta ocasión lo haremos atacando desde el otro lado de una cresta rocosa que parte el collado de Anciles en dos.






Salvar los 270 metros de desnivel que hacía un rato habíamos perdido se hace de forma muy cómoda , y en 35 minutos estamos de nuevo en el collado.




De aquí en adelante, todo es bajada, mi penitencia particular, y creo que he debido expiar pecados para una buena tempora...





En Salamón termina la ruta en la que el tiempo nos ha acompañado y he descubierto una fanástica zona que desconocía por completo.


Vistas desde Riaño, de izq a derecha: Gilbo, Pintas, Collada Anciles y Llerenes

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