Hacía tiempo que veníamos hablando de hacer un viaje barranquista a
Madeira, el destino tenía muy buena pinta, asequible en cuanto a precio,
cercano y con inmensas posibilidades en cuanto al descenso de barrancos. Para este
verano teníamos dudas entre Ticino o Madeira, y al final optamos por ir a
Madeira.
Pero había varios tema un poco preocupantes, un alto nivel técnico de los barrancos, equipamiento incierto por las crecidas que arrasan con todo y no demasiada información sobre muchos de los descensos.
Fue entones cuando ví que se celebraría un encuentro internacional en Madeira, el RIC!! Sin dudarlo demasiado nos apuntamos a nuestro primer encuentro para intentar superar esos escollos que a priori tenía la isla.
Desde luego la opción no pudo ser mas acertada, han sido unos días estupendos donde hemos conocido gente excepcional, aprendido muchas cosas y pasado muy buenos momentos.
El encuentro ha sido orquestado por Duarte Silva y su fantástico equipo. En los primeros momentos nos hemos sentido más perdidos que el Fari en un concurso de belleza, casi todo el mundo se conocía, saludandose los unos con los otros, jiji, jaja, y nosotros 4 en una mesa observando el panorama. Pero al segundo día ya habiamos conocido a unas cuantas personas y la cosa era mucho más cómoda. Tampoco nos costó darnos cuenta que había mucho crack por ahí suelto, que si uno había estado barranqueando en Nepal, el otro en Cabo Verde, el de más alla en Reunión, y el de al lado es del equipo que prueba las zapatillas de barrancos de Adidas, pero el otro lleva equipando barrancos desde que yo estaba en parvulitos. Vamos que eramos el equipo más humilde y flojo (por decirlo con delicadeza y siendo generoso) de todo el encuentro.
Y esto tiene su lado positivo!! Porque hemos visto trabajar a toda esta gente y desenvolverse en el terreno, y si bien cada uno tiene su técnica, (por ejemplo los hay que siempre en simple, otros siempre en doble, y alguno que saltaría hasta los rápeles de 60) ha sido fantástico aprender y hacer amistad con muchos de ellos.
Y ahora entrando de lleno sombre el tema de los barrancos en Madeira, decir que la isla tiene un potencial impresionante, grandes verticales mires donde mires, una vegetación exhuberante y un clima suave conforman un destino fantástico para mojar las cuerdas.
La organización ha revisado y reequipado casi todos los barrancos incluidos en el meeting, por lo que uno podía meterse en ellos sin mucho miedo a encontrar imprevistos en cuanto al equipamiento.
El mayor miedo que teníamos era por el gran número de fraccionamientos y de pasamanos que hay para acceder a las cabeceras con el objetivo de minimizar roces, pero una vez visto que los pasamanos no eran de mucha dificultad ni con puntos intermedios, fue un gran alivio, aparentemente estábamos preparados para afrontar los descensos.
Durante los 5 días que hemos barranqueado hemos descendido el barranco das Cales, Ribieria Funda, Pedra Branca, Ribiera do Passo Superior, Voltas do Matilde, Agua d'Alto y Lajinhas.
Ninguno de ellos es ni por asomo de los más complejos ni comprometidos de la isla, pero los hemos disfrutado muchísimo.
Un pequeño resumen de cada uno de ellos:
- Barranco das Cales: pequeño y fácil, nosotros lo hicimos para tomar contacto con la isla. Es uno de los pocos barrancos abiertos en la zona sur de la isla y de hecho no tiene nada que ver con sus hermanos de la zona norte. No es especialmente interesante.
- Pedra Branca: es el primer barranco que hicimos en la zona norte. Ideal con un vehículo, corto y asequible, a destacar el primer rápel muy vertical, donde la visión que tienes tras hacer el pasamanos y llegar a la cabecera es espectacular. El último salto de agua te deposita sobre la vieja carretera de la costa, a pocos metros del mar. A combinar con el Funda. Lo mejor es dejar el vehículo en el punto de aproximación de Pedra Branca, descenderlo y acto seguido tomar la aproximación del Funda, y cuando terminemos este, volver al coche.
- Ribieira Funda: Corto pero imprescindible. Impactante ver los efectos de la riada que se llevó el que antes era el puente de acceso al barranco. La vertical de 55 es un lugar mágico, con el agua envolviendote a medida que desciendes. A tener en cuenta que en ese punto caen piedras (y gordas) si se rapela desde la reunión de parabolts. Se puede bajar de un arbol al que se le ven la raices, supongo que no se caerá, pero el feeling no es el mejor. Las vistas al mar desde el último rápel tampoco defraudan y terminar directamente en el mar, es una pasada.
- Passo Superior: el descenso más técnico que hicimos. La aproximación sin combinación de vehículos es larga, pero por superte la organización nos subió con todoterrenos y nos ahorramos una horita de pateo. Tiene un par de fraccionamientos en volado con un ambiente fantástico. Nos gustó mucho y nos quedamos con ganas de hacerlo en integral.
- Voltas do Matilde: lo hicimos como plan B en un día lluvioso donde pretendíamos hacer el Inferno, pero por la longitud y compromiso de este nos metimos en el Voltas. Para no esperar gran cosa de este descenso, salimos contentos, muy fácil, perfecto para iniciación. Tiene varios puntos con muchos troncos en el cauce que no le quitan interés. A mitad de descenso hay una bonita cascada de 28 que es el punto más interesante del descenso.
- Agua d'Alto: surgió por casualidad la opción de bajarlo, principalmente es una casca de 70 metros que habíamos visto un montón de veces desde la carretera, y al ver bajarla a unos franceses nos dijeron como acceder. Se sube en 15 minutos, pero la liamos y nos metimos por otro sitio, asi que estuvimos mas de una hora dando vueltas por la jungla como vietnamitas. La cascada en cuestion, espectacular y perfecta para completar un día de actividad.
Ya puestos comento la aproximación. A pocos kilómetros de la localidad de San Vicente, se aparca en la base de la cascada, junto a la depuradora y el tunel Agua d'Alto. Retrocedemos unos metros por la carretera hasta pasar 2 casas y justo en el punto en el que hay una alcantarilla en la carretera cogemos un caminito que sale junto a la segunda casa, que rápidamente nos subirá por un empinado camino de roca (tiene un pasamanos en los tramos más expuestos) que nos deja en el comienzo del descenso, que consiste en un tobogán, un pequeño rápel hasta una marmita y antes de darnos cuenta estamos en la cabecera del R70.
- Barranco Lajinhas: barranco que va de menos a más, con un bonito final formado por una sucesión de 3 rápeles que se encuentra con el final del Seixal. Para la aproximación imprescindible el gps, nosotros tardamos en encontrar la entrada incluso con una persona de la organizacion que nos estaba llevando hasta el primer rápel con el gps en la mano. Comienza por un cauce sin formar entre espesa vegetación y termina en una zona muy estética. Son 31 rápeles y casi 6 horas pero no se nos hizo para nada largo porque es muy continuo y no hay que andar casi nada. Combinación de coches imprescindible y acceso y retornos a pie cortos.
Y eso ha sido todo, además de algun pateo por la isla, varias cenas con la gente del RIC, un jardin botanico, muchas nuevas amistades y varios cracks, como Joel, Luis y Filipe (y más), grandes personas de Madeira que nos han ayudado un montón estos días. Muchas gracias a todos!!